jueves, 12 de julio de 2007

Piano y ópera… ¿qué reflejan de nuestras vidas?


Queridos amigos…
Vamos aproximándonos al universo de la ópera…
A propósito de esto… quieren que les cuente algo sobre el nacimiento de este género musical? Ahí va…
Florencia fue la ciudad que acunó la ópera. El Conde Bardi y su grupo de intelectuales y artistas, había gestado un estilo “monódico” (una sola voz”) que tomaba forma a través de la práctica del madrigal. Luego, cuando Bardi es exilado en Roma en 1592, aparece la Camerata Bardi, y, a continuación el Sr. Jacopo Corsi, perteneciente al partido opuesto, crea una Camerata rival. Se dice que Claudio Monteverdi, músico del Duque de Mantua, frecuentó alguna vez la Camerata Corsi. Aquí fue donde se gestó la ópera, aunque se había iniciado con la reforma del madrigal a través de las experiencias de declamación musical a cargo de la Camerata Bardi.
Existe la hipótesis de que la ópera habría partido del hecho de introducir música en la representación de pastorales, en la cual canto e instrumentos amenizaban los entreactos pasando luego a intervenir en los mismos. Los italianos pudieron aplicar su capacidad de transfigurar la realidad y su fantasía, heredada por siglos, desde la época de los griegos.
Sufrir y morir cantando se constituyó en la suma de expresiones artísticas, trascendiendo lo personal, más allá de las formas prosaicas de la expresión cotidiana.
La ópera se manifiesta como un reflejo espiritual de los más profundos anhelos y sentimientos de la vida.
Emilio de Cavalieri (1550-1618) y Jacopo Peri compusieron óperas cuyas partituras se extraviaron. Corresponde a la ópera “Eurídice” de Jacopo Pieri, iniciar el género. Pocos años después, Claudio Monteverdi la desarrollará con gran belleza y hondura expresiva a través de “Orfeo” (1607). En sus recitativos, este compositor utilizó la expresión silábica, más parecida al habla y, en este sentido, más natural que los compuestos por Giulio Caccini (1550-1618), logrando mayor realismo. Monteverdi reservaba los recitativos para los momentos más fundamentales y buscaba la diversidad a través de las piezas instrumentales, de los “ariosos” (recitativos más melódicos) y las arias. Los coros mostraron la maestría de este compositor en el terreno del madrigal, enriquecidos con sus voces dobladas por instrumentos y el bajo continuo, novedad en aquellos tiempos. En Orfeo se incluyeron cuarenta y cinco instrumentos, de cuerda y vientos. Esta ópera marcó una era. En 1607 ya estaba casi todo dicho. El género había madurado en siete años.
Dejando paso a la ópera, entonces, este fin de semana podremos disfrutar de una versión de la ópera “Carmen” de Georges Bizet, que fue dirigida por Francesco Rosi y realizada para cine. Salvo algunas partes, no está filmada en un set o en un escenario, sino en su mayor parte en la ciudad de Sevilla y alrededores. Es una magnífica versión, muy lograda tanto por sus intérpretes (Domingo/Miguenes-Johnson/Raimondi) como por la calidad de la imagen, el hecho de haber sido rodada en escenarios naturales y la inclusión de sonidos ambientales naturales, todo lo cual ha enriquecido el argumento de la ópera. La naturalidad de la actuación de los principales protagonistas como del resto del elenco hacen de ésta una versión muy especial.
Debido a que este espacio está destinado a todos los que ya disfrutan de la música clásica y a aquellos que no se animan o están dudosos… los invito a estar en actitud de descubrir lo que aun no se ha manifestado… porque de pronto, podemos empezar a ver este género desde otro lugar… y algo importante: NO ES NECESARIO SABER DE MUSICA CLASICA PARA PARTICIPAR EN ESTOS ENCUENTROS.
Para los que la vieron… será bueno recordarla, y para los que no… no pueden dejar pasar esta oportunidad…

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